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Desacreditado principal estudio que relacionaba Antenas y Cáncer

Hace dos años, el Programa Nacional de Toxicología (NTP) del gobierno de Estados Unidos dio a conocer los resultados preliminares de un estudio que buscaba confirmar la eventual relación entre las ondas celulares y el desarrollo de cáncer. Ese avance sugería la existencia de “cierta correlación” entre ese tipo de radiación y el desarrollo de tumores cerebrales malignos en ratas. De inmediato, este estudio, aunque preliminar, se transformó en el “aval científico” de todos quienes creen que las antenas y teléfonos celulares son peligrosos para la salud humana.


Estas afirmaciones fueron bencina para la hoguera. Algunos medios tales como “The Wall Street Journal”, emblema del periodismo serio, tituló entonces “Estudio gubernamental confirma nexo entre cáncer y el celular”, pese a que varios expertos colocaban paños fríos ante la falta de detalles.



Sin embargo esta semana revisamos en diversos medios nacionales e internacionales artículos que hablan respecto a la desacreditación de dicho estudio. Esto debido a que el NTP publicó por fin el estudio completo, confirmando las dudas previas de los expertos: tras años de análisis, no se llegó a recabar evidencia científica alguna que comprobara la relación entre el uso del celular y el desarrollo de cáncer en humanos. El informe completo permite inferir que resultados positivos anteriores en ratas machos se debieron simplemente al azar estadístico.


Para llevar a cabo los estudios, la NTP construyó cámaras especiales que expusieron ratas y ratones a diferentes niveles de RFR durante hasta dos años. Los niveles de exposición variaron de 1.5 a 6 vatios por kilogramo (W / kg) en ratas, y de 2.5 a 10 W / kg en ratones. El bajo nivel de potencia para las ratas fue igual al nivel más alto permitido para las exposiciones de los tejidos locales a las emisiones de teléfonos celulares en la actualidad. Los animales fueron expuestos durante 10 minutos, incrementos de 10 minutos, sumando un poco más de 9 horas cada día. Los estudios utilizaron frecuencias y modulaciones 2G y 3G que aún se usan en llamadas de voz y mensajes de texto en los Estados Unidos. Las redes 4G, 4G-LTE y 5G más recientes para transmitir video y descargar archivos adjuntos utilizan diferentes frecuencias y modulaciones de señales de teléfonos celulares que el NTP utilizado en estos estudios.


En la publicación al respecto del Diario La segunda, indica “Según Alfonso Espinoza, encargado de radiaciones no ionizantes del Departamento de Salud Ocupacional del ISP, esta exposición permanente a la radiofrecuencia no es replicable en seres humanos. Algunos estudios han descubierto el desarrollo de cáncer en animales sometidos a ciertas intensidades de radiación. Pero estos estudios se hacen a intensidades y condiciones irreales para una persona. Incluso usando el teléfono todo el día y estando en contacto con todas las antenas que existen en la ciudad uno no sufriría esa exposición. Es completamente distinto”.


Continua el articulo indicando “Las antenas de radiofrecuencia sí generan radiación, aclara Cristián Garrido, coordinador de resonancia magnética del Hospital Clínico de la U. de Chile. Pero este tipo de radiación no es dañina para el ser humano”. Y sigue “…la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, sí cataloga a las radio-frecuencias en la “categoría 3″ de elementos cancerígenos (que es otro argumento de los movimientos antiantenas). ¿Pero qué significa eso? Significa que no se ha probado evidencia cancerígena real en animales ni en humanos. Para ponerlo en contexto, los solárium y los rayos X están en la “categoría 1", o sea, son potencialmente cancerígenos. En la categoría 3 están el , el café, la sacarina y el diazepam. Otros ejemplos que pudimos encontrar en esta categoría son el paracetamol, los implantes quirúrgicos, los suministros dentales, el polietileno, los implantes ortopedicos, las tintas de impresora, el nylon, las fibras acrílicas, y el wifi, entre otros cientos más.



¿Entonces qué? Como explica Sciencebasedmedicine.org, “el estudio de NTP tuvo 4 grupos diferentes (ratas hembra, ratas macho, ratones hembra y ratones macho) que fueron analizados según varios tipos de cáncer y bajo dos tipos distintos de señales celulares Tantos análisis con cuatro distintos grupos de estudio tienen una alta probabilidad de generar al menos un falso positivo sólo por azar”. Y como la ciencia debe considerar siempre este margen de error estadístico, existen formas de corregirlos que el cacareado informe preliminar no consideró. “De haberse considerado dicha corrección, ninguno de sus resultados estadísticamente validos habrían sido considerados, porque la relación entre el cáncer y la radiación de radiofrecuencia fue menor al margen de error”.


Este tipo de informaciones son las que deben ser difundidas a la comunidad, para empezar a eliminar mitos respecto al tema.


 

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